Dentro
del salón se tiene que propiciar el conocimiento de todos los integrantes del
mismo asi como favorecer el acercamiento y la interacción de unos con otros.
Progresivamente ha de hacer factible la construcción de un grupo humano
cohesionado con los objetivos, metas e ilusiones comunes.
De este principio surge la
pregunta por lo social, la posibilidad de construirse a partir del otro. Es el paso
de la socialización a partir de la misma individuación, espacio para acceder a
un grupo cohesionado, uno de los mayores aprendizajes de tipo socio-afectivo y
cognitivo que pueda tener un ser humano.
Gracias a la interacción con otros, el niño empieza a reconocer que
además de sus propias necesidades, gustos
Dentro
de la escuela es importante que se prevea a los alumnos de actividades y
materiales diversos que favorecerán a los aprendizajes cognitivos, afectivos y
sociales.
Es conocido por los profesionales en pedagogía, que el aprendizaje en
los niños se propicia mediante la interacción del niño con el medio físico y
social, mediado por el
lenguaje. Reconocer cómo aprenden los niños tiene repercusiones en lo que se
refiere a la construcción del ambiente del aula, pensado como ambiente
dinámico, con la posibilidad de recrearse, cambiarse y suprimirse, dependiendo
de los proyectos que se estén desarrollando.
Se
debe destacar que el medio ambiente escolar debe ser diverso, debiendo
trascender la idea de que todo aprendizaje se desarrolla entre las cuatro
paredes del aula. Deberán ofrecerse escenarios distintos, -ya sean construidos
o naturales- dependiendo de las tareas emprendidas y de los objetivos
perseguidos.
En la intención de involucrar espacios exteriores como prolongación de
la actividad escolar, y lo escolar mismo como un cuerpo poroso que no da la
espalda a su contexto, existen varias propuestas. Casi todas hacia el
desarrollo de currículos integradores de distintos escenarios y que consideran
como un todo el conjunto espacial entre el interior y exterior del entorno
físico del aula.
Parece existir, según lo establecen diversos autores, una relevancia entre los estados de ánimo, las relaciones personales y
los objetivos de la actividad, tanto como las características del material y
las metodologías que se emplean. Por consiguiente es importante crear ambientes
en el aula, cualitativamente diferentes: unos orientados hacia la lúdica, la
relajación, la libertad de hacer, otros espacios más individuales y otros más
colectivos.
El
entorno ha de ser construido activamente por todos los miembros del grupo al
que acoge, viéndose en él reflejadas sus peculiaridades, su propia identidad”.
Así como ocurre en otros
ambientes sociales, la casa, y en ella el cuarto, los individuos tienen el derecho
a decidir sobre la organización de su espacio, en el aula con mayor razón se
debe permitir que sus habitantes participen en su estructuración, pues son
ellos quienes vivirán en ella la mayor parte de su tiempo, por no decir de sus
vidas. Esto genera en los estudiantes sentido de identidad y marca la territorialidad que todo ser humano requiere para desplegar su vida.
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